13 h 23 min: las Veredas Noreste en un día
El último artículo que publiqué detallaba el plan que tenía para correr la conocida ruta de Veredas Noreste en un día. La corrida estaba planificada para el jueves 12 de diciembre, comenzando a eso de las 5 AM desde las Cabezas de San Juan y terminando entre 12-14 horas luego en la entrada de la vereda El Toro en la carr. 186 en Canóvanas. En los días antes, me dediqué a asegurar la ayuda que necesitaría y finalizar los detalles logísticos (definir transportación, comprar meriendas, planificar comunicaciones, buscar permisos, etc.). Con todo eso en lugar y un gran día de temperaturas agradables y poca lluvia, pude atravesar cuatro pueblos y lograr correr/caminar las Veredas Noreste en 13 h 23 min hace ya una semana. Aquí un resumen de lo que llamo la corrida de mis sueños.
Antes de
Entre el martes 10 y miércoles 11 de enero, hice lo siguiente:
Contacté a personal de Para La Naturaleza para dejarles saber de mi plan y pedir un permiso especial para entrar a los predios de Las Cabezas de San Juan entre 5 AM y 6:30 AM. Entre un contacto y otro, logré discutir la idea con Johanna Santiago que me dio su bendición y le advirtió a su personal sobre mi visita. Firmé un relevo de responsabilidad para ello.
Definí el plan de apoyo que llevaría a cabo mi hermano Daniel, quien corrió conmigo la primera sección y continuaría dándome apoyo en algunos puntos de encuentro/descanso en la ruta.
Reservé el permiso de vehículos necesario para entrar a El Yunque por la carr. 191 en Río Grande. Las reservaciones para el día que se busca abren el día antes a las 11 AM AST.
Reservé un taxi con Luquillo Taxi para transportación desde la Playa La Pared en Luquillo a las Cabezas de San Juan en Fajardo.
Planifiqué los cambios de zapatos y ropa de acuerdo a las condiciones de las diferentes secciones de la corrida. Por ejemplo, para la playa utilicé pantalones cortos y los zapatos de trail running Salomon Speedcross 4. En partes de El Yunque, utilicé pantalón largo, camisa de manga larga y botas LOWA estilo
¡Fui a Walgreens y gasté $40 en meriendas! Hice un inventario de comidas por calorías para asegurarme de tener lo suficiente para mantenerme de buen ánimo. Aquí no pudieron faltar dulces de Holsum y platanutres. Integré estas meriendas a comidas que tengo por auspicio de The Feed, donde pido comidas específicas para eventos atléticos.
Terminé de asemblar mi bulto o “kit”, que incluía materiales de primeros auxilios básicos para 2 personas, agua (capacidad de 2 L), un cuchillo multiuso, batería extra para el celular, bloqueador solar, comida, etc.
Descargué los mapas de la vereda para uso “offline” en mi teléfono tanto en AllTrails como en GAIA GPS.
El miércoles me trasladé de Aguadilla (de dónde soy) a Guaynabo para quedarme en casa de mi tía. De camino cayó un aguacero que me puso nerviosa. Con esas condiciones cruzar los ríos pudiera ser peligroso.
Las Veredas Noreste en un día
Corrí la ruta definida en el mapa compartido en el último blog; para referencia, es el siguiente:
Daniel y yo llegamos a la playa La Pared a las 4:30 AM para organizar nuestros suplidos antes de que nos buscara el taxi. El gran Robert Pérez llegó a las 4:55 AM, medio nervioso por el request de transportación de una muchacha sola a esa hora en dirección a las Cabezas de San Juan. Llegamos allá a las 5:20 AM, donde nos recibió un guardia de seguridad. Oficialmente, comencé la actividad en mi reloj a las 5:35 AM.
Las primeras dos millas en territorio de Las Cabezas de San Juan fueron en brea, el resto fue en terreno costero, que en algunas partes fue de rocas sueltas. Aún en la oscuridad, la punta noreste de la isla y el espacio/naturaleza de Las Cabezas de San Juan nos impresionó.
Salimos de Las Cabezas de San Juan por la costa y lo seguimos hacia el Balneario Seven Seas y playas aledañas. Conectamos hacia el territorio del Corredor Ecológico del Noreste por las veredas de jungla costera que se accesan al final del Balneario. No tuvimos iluminación natural hasta llegar a Plata Colorá, pero todo estaba hermoso y tranquilo. Mi hermano y yo nos sentíamos seguros.
El total en la costa del Corredor Ecológico del Noreste hasta llegar a la Playa La Pared, donde dejamos la guagua, fue de ~7 millas. La costa de Fajardo es preciosa, y aunque correr en playa es cansón, pudimos mantener un paso relativamente relajado y retante al mismo tiempo.
De La Playa La Pared a la entrada de la carretera en construcción que da acceso a a la vereda Bisley en El Yunque, hay 5.6 millas de asfalto y acera. Crucé el pueblo de Luquillo y corrí por la carr. 991, cruzando la carr. 3 por debajo del puente de Latin Gyros. Esas millas fueron rápidas comparadas con el millaje en el bosque. Dentro de todo, el tráfico en la carretera nunca fue muy pesado y me sentí segura corriendo sola. El ánimo estaba por las nubes y me sentía físicamente bien aunque reconocía que sólo había atravesado lo más fácil en la primera mitad de la ruta.
Antes de entrar a la sección de veredas de El Yunque (milla 16.5) me uní a personal de Love in Motion. Estuve acompañada en los cruces de los ríos Mameyes y de la Mina, y la subida hasta la entrada de La Coca en la carr. 191. Aquí caminamos a un paso brusco pero manejable para el grupo. Lo más importante era mantenerme animada y seguir sin lesionarme.
En la torre Yokahú me tomé un descanso largo con mi hermano. Almorcé un sándwich de jamón, queso y mantequilla, me cambié de ropa y calzado, y vacilé un poco antes de seguirlo por la carr. 191 hacia la vereda Caimitillo. En esta sección (veredas Caimitillo, El Yunque a los Picachos y el pico El Yunque, y la carretera hasta la Torre Britton), que hice sola, hice la mayor cantidad de elevación. Mentalmente, esta sección se me hizo la más difícil. Aquí comprendí que me faltaban casi 10 millas de terreno complicado, me dolían los pies y estaba agotada. Por lo menos fue la sección más variada, con muchas vistas hermosas, senderos bien cuidados (¡gracias a Love in Motion!) y diversidad de intereses a lo largo del camino.
Me encontré con la compañía para la última sección a las 2:55 PM - Carlos Pizarro del US Forest Service. Me dio un poco de guama y un guineo y me sentí más animada para seguir. Caminamos desde Britton hasta la entrada de la vereda Trade Winds por la carretera, y ahí comenzamos lo que sería la vereda más técnica por desniveles en el suelo, derrumbes de árboles y terreno, una subida constante y un sol cayendo en el horizonte. Entre machetazos, Pizarro tuvo un encuentro cercano con una planta “hinchahuevos” que le salpicó en un ojo, pero su pudo limpiar antes de que le causara problemas serios. Tuvimos muy poco acceso a agua corriente pero llevábamos suficiente para tomar sin necesidad de filtrar.
Llegamos a la cumbre de El Toro, el punto más alto en El Yunque y la sierra de Luquillo, unos minutos después de las 5:30 PM. La vista hacia Ceiba y Naguabo era hermosa. La subida hasta el Toro me había cansado, sentía el agotamiento del día completo en mis hombros. Con meriendas pude retomar el ánimo pero ya los pies me dolían demasiado. Luego de un descanso corto en El Toro, lo seguimos en la vereda El Toro para culminar la travesía.
Aquí unas fotos de las condiciones de El Toro en dirección hacia la carr. 186.
Carlos Pizarro y yo llegamos a a vereda El Toro a las 6:53 pm, con fango hasta en las orejas pero con la satisfacción de haber completado una hazaña única e histórica, sin duda una para recordar por siempre. Este artículo ya era muy denso como para dar detalles técnicos de la corrida y explicarla a detalle por secciones, pero eso viene en el próximo escrito, cuando FKT apruebe la ruta como una oficial en su website. Pendientes a más detalles. Tengo demasiadas ideas para seguir desarrollando, y espero lograrlas todas en Puerto Rico. Un abrazo.